jueves, 30 de julio de 2009

SOBRE EL AUTOR DEL SEÑOR


FRANCISCO MARCO DÍAZ-PINTADO


Francisco de Asís Gerardo Marco Díaz-Pintado nace el 3 de octubre de 1887 en la ciudad de Valencia, hijo de Salvador Marco Coll y de Ana María Díaz-Pintado y Arévalo.

Tuvo inquietudes artísticas desde muy niño, así que con tan sólo 8 años ingresa en la Escuela de Artesanos, que se encontraba muy cerca de su casa. Fue pasando por distintos talleres donde se comenzó a formar en el dibujo, la talla de madera o escultura en mármol. Cuando casi contaba con 13 años, en 1900, Francisco Marco ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en la que durante la primera década del siglo XX cursaría sus estudios.

Estos años fueron decisivos ya que fue cuando se formó el estilo artístico de Díaz-Pintado. En la Escuela de San Carlos, siguiendo la oficialidad del momento, se impartía una enseñanza de corte académico por lo que Francisco Marco será un escultor íntimamente ligado por formación al academicismo y al neoclasicismo.

En 1910, cuando termina sus estudios en la Academia San Carlos, Francisco Marco se traslada a Madrid en busca de la notoriedad que la capital tenía en el ámbito artístico y también para luchar por la estabilidad económica que podría otorgarle una plaza de oposición. Allí encuentra la amistad de artistas de la talla de Muñoz-Degrain, Sorolla o Benlliure.

El día 31 de agosto de 1912 contrae matrimonio con María de los Desamparados Galián Sanchiz.
Hasta 1914 no consigue sacar sus oposiciones cuando obtiene la Cátedra de Composición de Escultura Decorativa de la Escuela de Artes Industriales y Oficios Artísticos de Santiago de Compostela, adonde se traslada con su esposa para tomar posesión el 22 de junio de ese mismo año.

En Santiago permanece tres años, pues el primero de octubre de 1917 toma posesión de la misma Cátedra de Composición Decorativa y Escultura de la Escuela Industrial de Artes y Oficios de Sevilla. Aquí permanece hasta 1933, constituyendo esta etapa la que consagra a Díaz-Pintado en toda plenitud como escultor.

En Sevilla, siendo ya un escultor plenamente formado, y con la tradición que de imaginería religiosa existe en la ciudad, Díaz-Pintado comparte su tiempo entre la docencia y la ejecución de obras como el Gran Poder de Camas o el grupo escultórico de La Sagrada Lanzada para Málaga. También llevó a cabo procesos de restauración en la imagen del Cristo de las Tres Caídas de San Isidoro y en el de la Hermandad de Los Panaderos.

De su época sevillana también habría que destacar su faceta de escultura civil, ya que realiza obras muy importantes para la Exposición Iberoamericana de 1929, como la figura central de la Fuente Monumental que se ubicó en el sector sur del recinto o la estatua de Vasco Núñez de Balboa que estaba en la Plaza de los Conquistadores. Como reconocimiento a todo esto es galardonado con la Medalla de Oro de la Exposición Iberoamericana.

A pesar de su prolífica etapa sevillana, llegando incluso a dirigir durante tres años la fábrica de cerámicas Casa Mensaque Rodríguez, su vocación docente nunca mermó. Prueba de ello es la cantidad de discípulos que formó en nuestra ciudad, destacando Antonio Illanes, Sebastián Santos Rojas o Antonio Castillo Lastrucci.

El amor por la tierra siempre es muy fuerte. El caso de Francisco Marco no es una excepción y constantemente sueña con volver a su Valencia natal. De esta forma solicita y obtiene el traslado como Profesor de Término de Composición Decorativa de Escultura en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia tomando posesión el día 1 de septiembre de 1933. Se instala con su mujer y sus dos hijos, Francisco Alfonso y Alicia, en la casa que había venido preparando para su regreso a Valencia en la localidad de Burjassot .

Como ocurrió en muchas otras ciudades, al finalizar la Guerra Civil también en Valencia hubo que restaurar o sustituir esculturas e imágenes de carácter religioso que durante la contienda se perdieron. Por citar sólo algunos ejemplos, en el mismo Burjassot y para la Parroquia de San Miguel talló la imagen del titular de la Parroquia que preside el Altar Mayor y la que figura en la portada del Templo, la Virgen del Rosario o la del Cristo Yacente.

En esta época, donde Francisco Marco encuentra todo el esplendor y madurez de su obra, comienzan a llegar los reconocimientos. Así, es propuesto para ocupar la sección de escultura de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, tomando posesión el día 28 de junio de 1946 en sesión extraordinaria de la Academia. También a finales de 1946 Marco es designado representante de la sección de escultura en el Nuevo Círculo de Bellas Artes de Valencia, y en 1953 es nombrado vocal vitalicio del Patronato del Museo de Cerámica y Artes Suntuarias de Valencia.

En 1957, y próximo a su jubilación, es nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, hecho que le permite seguir impartiendo docencia hasta el 1 de agosto de 1958 habiendo sobrepasado la edad reglamentaria de jubilación. En este mismo año, el 9 de marzo, sufre la pérdida de su esposa Amparo.

Liberado de sus obligaciones docentes, Marco se vuelca en su faceta creadora en su estudio de Burjassot. En 1962 se dispone en el Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia una sala dedicada a Díaz-Pintado, con obras que donó el propio escultor a dicho museo. La sala es inaugurada en presencia de todas la autoridades de la ciudad el día 4 de noviembre de 1964.

En estos años, la vida y obra de Francisco Marco se va apagando, hasta que en un viaje con su familia a Javea (Alicante) fallece el día 23 de julio de 1980, cuando contaba con 92 años de edad.

A título póstumo y en colaboración con su familia, la Academia de Bellas Artes San Carlos organiza una exposición homenaje a Díaz-Pintado, exposición que se inaugura en el Museo de Bellas Artes de Valencia el 31 de mayo de 1981 y que contaba con un total de cuarenta y cinco obras del homenajeado.


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